Esta es la revelación de Jesucristo a quien Dios se la dio para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Dios declaró esta revelación enviándola por medio de su ángel al apóstol Juan. Entonces San Juan fue testigo del testimonio de Jesucristo y de todas las cosas que vio. Bienaventurado el que lee esta revelación y los que oyen las palabras de esta profecía y guardan las cosas en ella escritas porque el tiempo se acerca (adaptado de Apocalipsis 1:1-3)
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